martes, 21 de junio de 2011

SUFRIENDO POR “AMAR”

¿Estás en busca del amor porque no soportas la soledad? Bueno, no eres la única persona, ya que a nadie le gusta la soledad. Pero si no sabes qué es el amor, puedes terminar en una situación cargada de angustias y miserias.
¿Sabes por qué? Porque las ideas torcidas conducen a destinos equivocados. Mucha gente que está sufriendo quiere amar, y el tiro siempre le sale por la culata.
Algunas mujeres empiezan una relación, se ilusionan, se casan; y al cabo de algún tiempo, terminan criando solas a sus hijos. Los hombres por su parte, no soportan estar lejos de su amorcito al principio de la relación; y al cabo de algunos años de convivencia, no soportan estar cerca de la mujer que escogieron para compartir las penas y alegrías, la salud y enfermedad.
¿Qué es lo que está pasando? Sencillo: las ideas torcidas que tenemos en la mente sobre el amor nos están guiando por senderos equivocados.
Así que te pregunto: ¿Deseas saber lo que es el amor verdadero o quieres escuchar las definiciones cursis que crean los autores de novelas literarias para seducir a las multitudes? Si optas por la segunda, mira un comercial de tiendas departamentales cercana al día de los enamorados, o escucha las canciones que tratan el tema por la radio. Eso sí, luego intenta reproducir en la vida real lo que viste y escuchaste en esos medios, y caerás en cuenta de una gran verdad: el amor no se monta sobre mundo de fantasía; y quienes lo hacen, fracasan en el proyecto de amar.
Ahora bien, si deseas saber lo que es el amor verdadero, tienes que comenzar por definirlo. Lee con atención: el amor es una decisión que busca el bien de la persona amada. Esa decisión se mantiene con la voluntad y no depende de los sentimientos. Los sentimientos no son malos, son parte de las expresiones del cuerpo físico para edificar una relación de amor pura y verdadera. ¿Sabes por qué? Porque los sentimientos son temporales; ninguno dura para siempre. La alegría, la pena, la euforia, el coraje y la tristeza son ejemplos de sentimientos. Nadie está alegre o triste siempre. Los sentimientos son emociones pasajeras, y el amor está llamado para la eternidad, por eso es una decisión.
Míralo así: en un carro, quien maneja el auto es el piloto y el que guía es el copiloto. En la relación de pareja, quien debe de conducir es la razón y debe ser guiado por el corazón. Los sentimientos van en el viaje. ¡Claro que sí! Sólo que su lugar, al igual de cualquier niño inquieto, es en el asiento de atrás. Ellos no guían la relación de pareja; y quienes los han puesto a conducir, por lo general terminan estrellándose contra una cama. ¡Claro! Te han dicho que llegar a la cama es la expresión máxima de amor. Sólo te puedo decir que quienes desnudan el cuerpo sin desnudar el alma primero, desciende el nivel más bajo, que es solamente atracción física y nada más.
El deseo nace y muere en el cuerpo físico. El amor, en cambio, nace del alma, y se fija más en las virtudes de la persona (bondad, altruismo, simpatía, humildad, etc.) Cuando hay amor, el deseo se mantiene vivo. Si no hay amor, el deseo muere debido a que el atractivo sexual, por más fuerte que sea, se pierde. Si lo asumes desde esquemas falsos, te verás divorciado(a) y tus hijos pagarán las consecuencias de estas malas decisiones.
¿Quieres amar? Bien, pues comienza por romper con los límites de tu egoísmo. Date al necesitado, al que no te pueda corresponder, ayuda al caído, consuela al afligido. Este mundo es un gimnasio: hay tantos lugares donde podemos ejercitarnos en el ejercicio de amar. Tú puedes comprobarlo.


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