martes, 21 de junio de 2011

UNA VISION, UNA META

Alguna vez tuve un trabajo de ventas. Mi jefe era una persona que había entrado en el mismo puesto que yo, pero que en pocos meses había logrado ser supervisor de ventas. A otros supervisores les había llevado el triple de tiempo.
Siempre me ha gustado preguntarle a las personas exitosas porque ellas si triunfan y otras no.
Cuando se lo pregunté, me respondió: "Javier, yo tengo la visión de que en un año voy a ser director de ventas. Pienso que la diferencia entre yo y otros, es que yo si tengo visión y otros no. Por eso, cuando las cosas empiezan a ir mal para ellos, como no tienen visión, piensan que no son buenos para las ventas y renuncian. A mí no siempre me va bien. Es por eso que la visión me ayuda a seguir adelante, a pesar de las dificultades temporales que tenga".
Debo reconocer, que esa respuesta me ayudó a comprender el poder de una visión, mejor que otra explicación que haya recibido antes. En efecto, la única diferencia entre lograr tus sueños o no, es tu visión. Todos pasamos por dificultades en el camino hacia nuestros sueños y cuando no tenemos en nuestra visión el qué, el cómo y el cuándo, esas dificultades hacen que renunciemos. Yo añadiría algo más: utiliza tu imaginación para superar los obstáculos que se te presenten.
Se dice que un violinista daba un concierto, pero de repente, una de sus cuerdas se rompió. Enmudeció la audiencia ¿Qué haría ese hombre con la cuerda rota en pleno concierto? Con el mayor aplomo del mundo, dejó su violín en el suelo, caminó hacia uno de sus acompañantes y le pidió su violín. Acabó la pieza tocando ese violín. El público se le entregó. Cuando le preguntaron cómo es que reaccionó de esa manera, el respondió: "Imaginé todas las contingencias a las que me pudiera enfrentar durante un concierto. Y ya había pensado que hacer en cada una de ellas, incluyendo qué hacer si se me rompía una cuerda".
Es la misma recomendación que te doy: piensa en todos los posibles tropiezos que te puedan suceder. Así, cuando te sucedan, sabrás como reaccionar. También, tu visión tiene que tener un corazón verdadero. Una visión solitaria en la que solo estén incluidas tus comodidades personales, es construir una casa sobre la arena.
En tu visión tienes que incluir el bienestar de otros. De tu familia. Del mundo. Solo así, te sentirás más motivado en el camino hacia tu visión.



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