martes, 21 de junio de 2011

A QUIEN LLAMAMOS MAMÁ

Cuando viniste a este mundo, Ella te sostuvo en sus brazos. Tú se lo agradeciste gritando. Cuando tenías un año, Ella te alimentaba y te bañaba. Tú se lo agradeciste llorando la noche entera. Cuando tenías 2 años, Ella te enseñó a caminar. Tú se lo agradeciste huyendo de Ella cuando te llamaba. Cuando tenías 4 años, Ella te dio unos lápices de colores.
Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.
Cuando tenías 6 años, Ella te llevaba a la escuela. Tú se lo agradeciste gritándole: ¡No voy a ir! Cuando tenías 7 años, Ella te regaló una pelota.
Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino. Cuando tenías 11 años, Ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película. Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.
Cuando tenías 12 años, Ella te aconsejó que no miraras ciertos programas. Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa. Cuando tenías 13 años, Ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda. Tú se lo agradeciste diciéndole que Ella no tenía gusto.
Cuando tenías 15, Ella venía de trabajar y quería darte un abrazo. Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación. Cuando tenías 17 años, Ella esperaba una llamada importante.
Tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche. Cuando tenías 18, Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela. Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.
Cuando tenías 20, Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien. Tú se lo agradeciste diciéndole: "A Ti no te importa eso" Cuando tenías 21, Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro.
Tú se lo agradeciste diciéndole: "No quiero ser como Tú."
Cuando tenías 23, Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento. Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos. Cuando tenías 27, Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo. Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad del país.
Cuando tenías 30, Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé. Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora. Cuando tenías 40, Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu
Papá. Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado. Cuando tenías 50, Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras. Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.
De repente, un día, Ella silenciosamente murió. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno.

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