martes, 21 de junio de 2011

HACIENDO LIMPIEZA

Recibí la noticia de que vendrá mi prima de vacaciones a pasar unos días en casa; inmediatamente empecé los preparativos para recibirla como merece....
Según yo, siempre tengo la casa limpia y me admiro cuando llego a una casa y está sin barrer; mis hijos ya saben que si al llegar yo a casa encuentro algo fuera de su lugar, explotó inmediatamente.... Bueno volvamos a lo de la limpieza de casa, a pesar de que aparentemente tengo la casa limpia decidí hacer aseo general...
Y cuál fue mi sorpresa al ver que tenía basura acumulada, cosas inservibles, polvo en los rincones, papeles sin importancia ocupando espacio, etc.
Y entonces se me vino a la mente que si así tenía mi casa, a la mejor así tenía mi alma y conciencia, según yo aparentemente tranquila y limpia; sin perder más tiempo también me he propuesto hacer limpieza general y profunda...
Empiezo por revisar cuidadosamente cada espacio de mi interior, para encontrar todo aquello que es inservible y nocivo.
Inmediatamente tomé el plumero para sacudir todos los rincones que estaban cubiertos con polvo de olvido y frustraciones....
Luego pase a revisar los cajones de mi corazón que sirven para guardar recuerdos; tiré todos las experiencias amargas, todo rescoldo de aquel resentimiento que aún se encontraba por ahí...
Descubrí algunas manchitas en mi alma, producidas por sentimientos negativos como el odio y el orgullo, las lave con delicadeza y empeño; utilizando jabón de perdón y enjuagando con abundantemente agua de humildad....
Vi que en mi corazón había algunas grietas causadas por las desilusiones, entonces también decidí darle una resanadita con una mezcla de ilusiones y esperanzas...
Luego me puse a barrer minuciosamente, cuidando de no dejar ni la más mínima mancha de polvo; era necesario para que quedara mi alma limpia de toda mezquindad...
Planché con sumo cuidado mi alma, por si había quedado alguna arruguita provocada por la duda o desconfianza, la deje impecable....
Me quede asombrado al final de mi tarea:
-¡Cuánta basura tenía dentro de mí!......viejos resentimientos, amarguras, frustraciones, cosas que según yo había olvidado y seguían ahí ocupando espacio, impidiéndome llenarme de amor........
Hoy me siento más liviano, más libre, en mi mente y corazón hay más espacio para el amor....
Y como no quiero mi alma ensuciar tomaré algunas precauciones:
Me vacunaré contra todo sentimiento mezquino; con una buena dosis de esperanza, ilusión, confianza, humildad y sobretodo de amor...
Sembraré en mi corazón un jardín de flores de amistad, solidaridad, ternura, impidiendo así que crezca la mala yerba...
La tarea más ardua que tendré es aprender a dominar mi carácter, que ha sido el causante de que tuviera tanta basura en mi interior..... Sé que lo podré amansar, pues a pesar de ser como un fuerte toro, tengo a mi mejor entrenador para lograrlo: DIOS.
Y ustedes amigos....cuando hacen limpieza general?


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